viernes, 28 de noviembre de 2008

Los médicos

Con este blog, mi mente trata de lanzar esos proyectiles de papel en que se plasman las ideas, buscando los "sinos" que existen entre la enfermería y la medicina.

Pretendiendo ser serio y correcto, quiero abordar un tema que cuanto menos, es polémico.

Se trata de los distintos estereotipos que se tienen de la medicina y la enfermería.

Podemos distinguir, a mi modo de ver, 3 tipos de médicos:
1) Los nuevos dioses.
2) Los pasotas.
3) Los verdaderos currantes.

1) El concepto que tienen ellos de sí mismos, es que son "nuevos dioses" muchos de ellos, que se dedican a mirarte a distancia e indiferentes mientras te hacen la revisión.

Verdad es que muchos de ellos, son arrogantes, aburridos e incluso xenófobos... pero eso no implica que sean malos médicos.

Desde mi punto de vista, el médico arrogante suele ser un buen diagnosticador, y no lo digo porque vea mucho la serie House (facturita) y crea que sus neuronas estén en efervescencia (factura de Schweppes).

No, la cosa está en que esos médicos tan distantes, suelen andar más pendientes del paciente y sus reacciones, que de sus quejumes.

Si repasamos las historias clínicas de esos médicos, suelen estar muy bien cumplimentadas, con toda la exploración detallada. Si vas por una faringitis no te miran la garganta sólo, te miran de cabeza a los pies y buscan más signos de enfermedad. Gracias a ellos se tiene asumido que España destaca en la medicina preventiva.



2) Existen también los médicos de familia a los que acudes y se dedican a recetarte por lo que tú le cuentas...

Vamos, que si le dices que tienes gripe, ni te auscultan, simplemente te recetan algo para el malestar y la fiebre y te mandan a casa a guardar cama.

Y si le dices que tienes Cistitis, ni un cultivo de orina te hacen, Antibiótico al canto y con Dios.

A estos me gusta denominarlos "Batas Blancas", puesto que son los típicos que llegan al centro de Salud a las 9 de la mañana, pasan la consulta de cualquier manera, dejan todo el trabajo para el que viene detrás (hecho bastante penoso) y se marchan a la 1 de la tarde, mucho antes que el resto que el resto de sus compañeros.


3) Por último tenemos a los médicos que están casados con su profesión, que entran de los primeros al trabajo, y se van a las 2 horas de haber acabado su horario laboral.
A estos señores y señoras habría que ponerles un monumento, porque son los que realmente hacen que funcione la sanidad pública en España...

Yo lo dejo ahí, opinen ustedes.

Un inicio en Madrid

Buenas... para empezar, habrá que presentarse.
Me llamo David, aunque la gente de la universidad me llama El Muyayo... ¿por qué será, no?
Bueno, un chaval de veinti pocos años, Tinerfeño y canario hasta la médula, que vino hace un año a Madrid a experimentar la vida de la Enfermería.

Reconozco que las cosas son difíciles cuando vienes a una ciudad tan grande como Madrid, pero la verdad que se pasa bien, ya que si te sucede como a mi, llegarás a una casa en la que ni Dios es de Madrid, y para colmo se hablan unos cuantos dialectos, o incluso idiomas.
En mi caso, se habla Gallego (más bien idioma), andaluz... que crean que no... a veces tiras la caña a ver si entiendes algo, y cuando llegan los valencianos y catalanes.... Sacas una pandorga y echas el trasmallo a vesi te enteras de algo!! XD

Bueno, la verdad que las andanzas de este "Icodero" por Madrid son bastante curiosas, con muchas anécdotas, y todavía ando en 2º de carrera, agárrate si hablo el año que viene (espero que sí) de lo que me pueda haber pasado.

Trataré algunos temas relacionados con la medicina y enfermería, las anécdotas que se darán de vez en cuando, y hablaré de Canarias, a ver si encanto a alguno de los Peninsulares que lea este Blog.

Un saludo, y le prometo a todo el que se haya leído esta salutación y ponga su comentario, un Kojak, que ya es prometer.

Una cita clásica para abrir boca

Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la prosperidad, en acrecimiento patrios todos los ríos que se pierden en el mar de todos los talentos que se pierden en la ignorancia.
J. Ramon y Cajal.